Brutalidad policial sin medias tintas

Esta película es básicamente un complemento a Cidade de Deus. Donde en aquella seguíamos el punto de vista de los habitantes de la favela, en especial de los traficantes, aquí seguimos el punto de vista de miembros de la policía militar en general, y del BOPE, el batallón de operaciones policiales especiales que forma parte de la policía militar del estado de Rio de Janeiro, en particular.
Es otra película dura de ver porque muestran las torturas que usa la policía de manera gráfica, y cuando no te están mostrando abiertamente escenas de violencia, te muestran la corrupción policial y el abuso de poder. Y siendo como en el caso de la otra película, eventos que han ocurrido y siguen ocurriendo a día de hoy, además de que, aunque la historia en sí no sea real, sí se basa en diversas operaciones que han tenido lugar, lo pasas mal.
Con respecto a la historia, si bien el desenlace de la misma acaba siendo bastante evidente cuando lees la sinopsis, realmente no es un final que pierda fuerza por ello, porque de hecho la narrativa es una excusa para mostrar la metodología de la policía militar.
Un gran acierto que tiene es que podemos ver personajes ajenos al cuerpo que dan otro punto de vista, ya sean directamente criminales, o burgueses ricos que intentan ayudar con la situación de la favela o aprovecharse de esta para conseguir drogas; porque sino sería muy fácil que la película acabara sonando a una alabanza de todo lo que se nos presenta, porque el narrador es el capitán Nascimento que nos narra una visión subjetiva y completamente sesgada de los hechos.
Y lo cierto es que el capitán Nascimento es en Brasil uno más de esta lista de personajes como Patrick Bateman, que personas de derechas toman como estandarte por no entender la obra donde aparece; porque Wagner Moura hace un papelazo y sin las escenas más gráficas, sería fácil pasar por alto que no es de los buenos, por mucho que se dedique a criticar la corrupción policial.
En definitiva, como dije es una obra dura, tanto visualmente como por su trasfondo; pero si tienes estómago, es una obra que vale mucho la pena si disfrutaste con Cidade de Deus.